"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

sábado, 14 de diciembre de 2013

SRIMAD BHAGAVAD GITA UPANISHAD - part 9

CAPITULO 16.°
LO DIVINO Y LO DEMONIACO



KRISHNA:

1. Valentía, pureza de corazón, constancia en la meditación y en la compañía de los santos, generosidad, autodominio, veneración, austeridad y rectitud.
2. Mansedumbre, sinceridad, renuncia, ecuanimidad, serenidad, simpatía por todos los seres sin reparar en sus faltas, desapego, amabilidad, humildad y firmeza.
3. Energía, fortaleza, magnanimidad, pureza, modestia y buena voluntad: éstas son las cualidades de aquél que ya ha nacido al camino espiritual y por él ya anda.
4. Hipocresía, insolencia, presunción, ira, despotismo e ignorancia: éstas son las cualidades del hombre que vive en el infierno.
5. A la liberación conducen las virtudes espirituales que al principio te he enumerado, mas todo lo contrario he de decirte de los pecados del infierno que luego te cité, pues encadenan el alma. Mas no has de preocuparte, oh Arjuna, pues tú has nacido ya al camino espiritual, y el cielo es la meta a la que te diriges.
6. En este mundo hay dos tipos de naturaleza: la naturaleza divina y la naturaleza demoníaca. Ya antes te he explicado acerca de la naturaleza divina, mas escucha ahora, pues voy a hablarte acerca de la naturaleza demoníaca.
7. El hombre de naturaleza demoníaca, careciendo de principios, ignora qué es lo que se debe hacer y qué es lo que no se debe hacer; su corazón está empocilgado con todo tipo de impurezas, su conducta es irreverente y miente sin reparo.
8. Dice cosas como: “En este mundo no existe la Verdad, ni tampoco la moral, ni tampoco Dios. La causa del nacimiento no es más que la voluptuosidad sexual de los predecesores: ¡No hay ley que gobierne esta creación!”
9. Cientos de incontenibles e insaciables deseos torturan su alma, llena de hipocresía, arrogancia e insolencia. Se aferra firmemente a sus confusas ideas, y prosigue con indolencia por el camino de la iniquidad.
10. Debido a esto, el temor y la preocupación acosan durante toda su vida a los hombres de esta naturaleza, no abandonándoles hasta el momento de su muerte. Su única meta es gozar de los placeres sensuales, firmemente convencidos de que esto es todo lo que hay, al carecer de otras miras superiores.
11. Acuciados por cientos de deseos y vanas esperanzas, se esfuerzan denodadamente por acumular riquezas y bienes. Viven con el único propósito de satisfacer sus deseos egoístas, siendo el odio y la lujuria su único refugio.
12.“Esto es lo que he conseguido hoy —dicen ellos—, y con esto podré realizar tal deseo. Esto es cuanto ahora poseo, pero quiero poseer más.”
13. “He aniquilado a tal enemigo —dicen ellos—, y a otros más he de aniquilar también. Soy un hombre poderoso y gozo de cuanto quiero en esta vida: tengo éxito, poder y felicidad.”
14. “Soy rico y he nacido en familia noble —dicen ellos—, ¿quién se podría comparar a mí? Con mi dinero costearé ceremonias religiosas para obtener bendiciones y viviré dichoso.” Viven engañados en la oscuridad de la ignorancia.
15. Acosados por millares de pensamientos impuros, descarrían apresándose en las redes de la ilusión; entregados por completo a los placeres de los sentidos, se esclavizan a ellos, cayendo en el más inmundo de los infiernos.
16. Engreídos en su vanagloria, con el juicio alterado por el poder, el orgullo y la riqueza, ofrecen con hipocresía vanos sacrificios por pura ostentación, pues no tienen ya respeto alguno por la ley divina.
17. Violentos, iracundos, lascivos y sumidos ya en la más insolente arrogancia, estos hombres malvados llegan a odiarme: Me odian en ellos mismos y en otros igualmente.
18. Estos seres malvados, crueles y llenos de odio, son los hombres en el estado más bajo. En el inacabable ciclo de las reencarnaciones, inexorablemente Yo condeno a estos hombres a la destrucción.
19. Haciéndoles reencarnar en una forma de vida inferior, permaneciendo en la oscuridad vida tras vida, en ese estado no pueden llegar a Mí, al contrario, continúan descendiendo en el camino del infierno.
20. Tres son las puertas que conducen a ese infierno, condenando al alma a la oscuridad y la muerte: la lujuria, la ira y la codicia. De estas tres puertas el hombre debe apartarse.
21. Cuando un hombre se aleja de estas tres puertas que conducen su alma a la oscuridad, comienza a labrarse su propia salvación, encaminándose así hacia el Sendero Supremo.
22. Pero el hombre irreflexivo que rechaza las palabras de la Sabiduría y sigue el impulso del deseo, jamás encontrará el Camino Supremo ni la dicha interior, ni mucho menos la perfección.
23. Deja que la Sabiduría y las Santas Escrituras marquen tu pauta, en cuanto a lo que es correcto y lo que no lo es. Lee las Santas Escrituras y vive una vida de armonía haciendo el bien.

CAPITULO 17.°
LAS TRES CLASES DE FE

ARJUNA:

1. Dime, oh Krishna, ¿cuál es la condición de aquéllos que no siguen los preceptos de las escrituras, mas realizan sus ofrendas con sincera y fervorosa fe? ¿Cuál es su condición: sáttvica, rayásica o tamásica (de luz, de fuego o de oscuridad)?

KRISHNA:

2. Entre los hombres mortales hay tres clases de fe, de acuerdo con su propia naturaleza, que son: de luz, de fuego y de oscuridad. Te explicaré esto.
3. La fe que tiene cada persona va siempre de acuerdo a su propia naturaleza; esta fe es lo que configura a cada hombre: según su fe, así es el hombre.
4. Aquellos hombres en los que predominan las cualidades sáttvicas adoran a los dioses de la luz. Del mismo modo, los hombres de naturaleza rajásíca, adoran a los dioses del poder y la riqueza. E igualmente, aquéllos cuya naturaleza es preponderantemente tamásica adoran a los espíritus nocturnos, fantasmas y fuerzas elementales.
5. Debido a esto, hay farsantes ostentosos que, motivados por el deseo de poder y sus pasiones, se someten a terribles austeridades que no vienen prescritas por los libros sagrados, y se apartan de la actitud piadosa.
6. En su locura, torturan sus cuerpos y las energías vitales que en él residen, por lo tanto a Mí, que moro en ellos. Has de saber, oh Arjuna, que sus mentes tienen tendencias demoníacas.
7. Ahora te voy a hablar de los tres tipos de alimentos, de las tres clases de sacrificios, de los tres estados de armonía, y de las tres formas de hacer caridad.
8. Los alimentos puros dan salud, equilibrio mental, vitalidad y vigor para vivir una larga vida; son sabrosos, nutritivos, y dan armonía al cuerpo. El hombre puro sólo come alimentos puros, encontrando su paladar deleite en ellos, y alegría su corazón.
9. Los hombres de naturaleza rajásica prefieren los alimentos rajásicos: agrios, picantes, salados y ardientes. Mas esto les produce pesadez, molestias y enfermedades.
10. Los hombres de naturaleza tamásica, que viven aturdidos por la ignorancia, sienten predilección por los alimentos rancios, desabridos, guardados y viejos, sobras de comida de días anteriores y, en general, alimentos impuros no dignos de ser ofrecidos al Señor.
11. Se puede decir que un sacrificio es puro cuando se hace como una ofrenda de adoración y de acuerdo siempre con la Ley Eterna. Sin apego a sus frutos, cobijando en el corazón el sentimiento de “es mi deber”. Esto es propio de los hombres de naturaleza sáttvica.
12. Mas aquellos sacrificios que se ofrecen solamente para ganar bendiciones materiales, o con expectativas de cualquier tipo de recompensa, como puede ser la egolatría o la ostentación, son sacrificios impuros. Esto es propio de los hombres de naturaleza rajásica.
13. Aquellos sacrificios que van en contra de la Ley Eterna, ofrecidos sin fe ni respeto por las enseñanzas sagradas, en los que no se ofrecen alimentos ni se recitan los cantos debidamente: éste es un sacrificio propio de los hombres de naturaleza tamásica.
14. Veneración por los dioses de la luz, y reverencia hacía los dos veces nacidos, los Maestros y los sabios, al tiempo que pureza, rectitud, castidad y mansedumbre: todos éstos, son atributos que reflejan la armonía en las acciones.
15. Romper el silencio tan sólo para dar Satsang, con palabras nobles, comedidas y hermosas, que traen la paz al Espíritu, al igual que la lectura de los libros sagrados: esto es lo que se puede llamar armonía en las palabras.
16. Paz mental, silencio, autocontrol, trato amable y pureza de corazón: éstos son los atributos de una mente en armonía.
17. A esta Armonía, en sus tres facetas, puede llamársele Pura cuando se conserva permanentemente mediante una fe inamovible, una vez superado el deseo de recompensa y con el alma totalmente sumergida en la Unidad.
18. Mas hay hipócritas que se someten a austeridades por razones egoístas, como el deseo de reputación, fama y honores: estos actos impuros son propios de la naturaleza rajásica. Los resultados así obtenidos, son efímeros y vanos.
19. Cuando debido a la estupidez de una mente ignorante, el autocontrol se confunde con la autotortura, o cuando los poderes con ellos obtenidos se utilizan para herir a otros, ese autocontrol es de naturaleza demoníaca.
20. Una limosna es pura cuando se da por amor y de todo corazón a la persona adecuada en el momento correcto y en el lugar apropiado, al tiempo que, desapegado de toda posible recompensa por esa acción: ésta es la caridad sáttvica.
21. Mas cuando se da una limosna esperando algo a cambio, en forma de recompensa inmediata o bien futura, o simplemente, cuando se da sin sentirlo en el corazón, sino por mera prodigalidad: esta caridad es impura y es propia de la naturaleza rajásica.
22. Cuando se da una limosna para que otros lo vean o como arrogante autohalago, o en un lugar inadecuado, en un momento inapropiado y a una persona que no lo va a usar debidamente: esta caridad es deleznable y propia de la naturaleza tamásica.
23. OM, TAT, SAT, cada una de estas tres palabras expresan el Absoluto, Brahma, del cual surgieron en el principio de los tiempos los Brahmanes, los Vedas y los Sacrificios.
24. Con lo cual, los amantes de Brahman siempre antes de comenzar sus tareas y sacrificios, dar donativos o cumplir con los preceptos ordenados por las escrituras, recuerdan el Santo Nombre (OM).
25. Del mismo modo, los buscadores de la Total Liberación, antes de emprender sus tareas, comienzan recordando la palabra TAT, durante el cumplimiento de sus preceptos o la donación de limosnas, siempre desapegados de los frutos de sus acciones.
26. SAT es Verdad y es bondad. Así pues, toda acción bien hecha nos lleva a SAT como meta única.
27. Todo sacrificio ofrecido con fe constante y fervorosa, toda limosna, o cumplimiento del deber es también SAT. Y lo mismo se puede decir de toda acción dedicada con veneración a Brahman.
28. Mas toda ofrenda, toda limosna, toda disciplina, o toda acción realizada sin fe es ASAT, o sea, nada. Has de saber que todo lo que se hace sin fe es inútil, tanto en este mundo como en el que ha de venir.

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