"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

miércoles, 10 de diciembre de 2014

SHRI KRISHNA, SUS LILAS Y ENSEÑANZAS por Sri Swami Sivananda - part 4

LOS SIDDHIS

El Señor dijo: "El yogui que ha controlado sus sentidos y Pranas, que es equilibrado, y que concentra su mente en Mí, obtiene variados poderes o Siddhis".

Uddhava dijo: "Dime, Oh Krishna, ¿qué clase de poderes se obtienen con los distintos tipos de concentración y cómo? ¿Cuántos son estos poderes? Eres Tú el que confiere poderes a los yoguis".

El Señor dijo: "Dieciocho son los poderes declarados por aquellos que son expertos o adeptos en el Yoga. Ocho de éstos Me pertenecen. Son poderes superiores. Son normalmente los poderes de Ishvara. Existen en un grado menor en aquellos que se acercan al estado de Ishvara. Los diez restantes son atribuibles a aquél que desarrolló Sattva Guna en un alto grado.

Anima, el poder de volverse tan pequeño como un átomo; Mahima, el poder de aumentar de tamaño; Garima, el poder de volverse muy pesado; Laghima, el poder de volverse muy liviano - éstos son los poderes que pertenecen al cuerpo.

Prapti, el poder de actuar con los sentidos de todos los seres en asociación con las deidades que presiden los sentidos; Prakamya, el poder de disfrutar de todos los objetos visibles o invisibles (los que uno conoce a través de las escrituras).

Ishatva, poder de gobierno o señoría (ejercitar una influencia sobre todos como su Señor); Vasitva, desapego hacia los objetos (poder de autocontrol), el poder de estar libre del deseo por los goces sensuales; Kamavasayitva, el poder de obtener todo lo que desea - éstos son mis ocho Siddhis naturales, esenciales e inmensos. Existen normalmente en Mí.

El poder de detener el hambre y la sed, el de oír a distancia (Durashravana), el de ver a distancia (Duradarshana), el poder de desplazar el cuerpo con la rapidez del viento (Manojava); el de asumir cualquier forma a voluntad (Kamarupam); el de entrar en el cuerpo de otro (Parakaya pravesham); el de participar en el esparcimiento de los dioses (Devanam saha kridanudarshanam); el poder de morir a voluntad (Svachhanda mrityu); el de satisfacer el deseo de objetos (Yathasankalpa Samsiddhi); el poder de dar órdenes sin tener oposición - éstos son los diez Siddhis que se relacionan con las Gunas.

Conocer el pasado, el presente y el futuro (Trikalajñana), controlar los pares de opuestos tales como calor y frío, leer la mente de otros, contrarrestar la influencia del fuego, el sol, el agua, el veneno y otros semejantes; la invencibilidad o el no ser superado por nadie (Parajaya) - éstos son cinco Siddhis más pequeños.

Éstos son los poderes que se obtienen a través de la concentración yóguica. Ahora aprende de Mí qué poderes pueden lograrse por una forma especial de concentración y de qué manera pueden ser obtenidos.

El que se concentra en Mí como presente en los Bhutas sutiles, considerándome sutil, el que Me contempla en la forma sutil de ese principio, el que fija su mente en Mí como penetrando los Tanmatras, él que se concentra en Mí como los cinco átomos primigenios, adquiere Anima, el poder de convertirse en un átomo.

El que concentra su mente en Mí como extendido a través del Mahat Tattva adquiere Mahima, el poder de volverse inmenso, de aumentar de tamaño. El que se concentra en Mí como dotado de los adjuntos o Upadhis del éter y los otros elementos logra Mahima, el poder de alcanzar la inmensidad de esos elementos.

El que se concentra en Mí como la causa sutil de los átomos primigenios y como el Señor que se extiende a través de los átomos, consigue Laghima, el poder de volverse sumamente liviano. Puede subir al sol por sus rayos.

El que concentra su mente en Mí como el Señor que penetra el Ahamkara Sáttvico y como el Gobernante interior de todos los sentidos, consigue el poder de Prapti. Se convierte en la deidad que preside cada uno de los órganos. Puede dirigirlos como quiera. Puede tocar la luna con su dedo.

El que concentra la mente en Mí como poseyendo el adjunto de Mahat Tattva o la mente cósmica nacida de Avyakta, lo inmanifestado, él que se venera a sí mismo como una parte de Mahat Tattva y siempre sumerge su mente en ese Tattva, el que mantiene la mente fija en Mí como presente en el Sutra o el Mahat Tattva, adquiere Prakamya, el poder de disfrutar todos los objetos vistos o aquellos de los que ha escuchado. Obtiene Prakashyam u omnisciencia.

Aquél que concentra su mente en Vishnu, el Gobernante de Maya o las tres Gunas como el Antaryamin del Tiempo, cuya forma es el Tiempo, obtiene Ishatva, el poder de gobernar a todos. Logra el poder de controlar a los Jivas, sus cuerpos y sus mentes.

El que concentra su mente en Narayana, el trascendental o Turiya, llamado también Bhagavan, adquiere Vashitva, el poder de autocontrol.

Aquél que concentra su mente en Mí, el Brahman puro que está más allá de las Gunas, alcanza la dicha más alta y todos sus deseos terminan.

El que concentra su mente en Mí como la encarnación pura de la virtud y la Señor de Shvetadvipa, se purifica y se libera de las seis olas (Shadurmis) o cambios: el hambre, la sed, el pesar, la ilusión, la decadencia y la muerte que afectan el cuerpo.

Aquél que se concentra en el Akasha y funde su mente en él puede escuchar sonidos distantes. El que une sus ojos con el sol y el sol con sus ojos, y Me contempla allí con su mente concentrada, puede ver objetos distantes. Logra el poder sutil de la visión para ver el universo entero.

Fundiendo la mente en Mí y uniendo su cuerpo a Vayu, el yogui puede desplazar el cuerpo rápidamente adonde la mente vaya. Convirtiendo a la mente en la causa material, el yogui asume cualquier forma que le guste concentrándose en Mí. Cuando el yogui desea entrar en el cuerpo de otro, debe considerarse presente en ese cuerpo. Entonces el Prana deja su cuerpo y entra en el otro pasando a través del aire externo como una abeja.

El que controla la respiración y puede llevarla a lo largo de los seis Chakras del cuerpo hasta la cabeza, hasta el Brahmarandhra, gradualmente logra el poder de vivir tanto como quiera y de dejar su cuerpo a voluntad. Sentado sobre el talón y elevando el Prana hasta el corazón, el pecho, la garganta y la coronilla, y llevándolo hasta Brahman a través de la apertura de la cabeza, el Brahmarandhra, el yogui debe dejar el cuerpo.

El que desea jugar en los jardines celestiales, debe pensar en Mí como Sattva. Entonces las ninfas celestiales nacidas de Sattva lo esperarán con sus carros aéreos.

En cualquier forma en que el yogui se concentre en Mí, que soy la voluntad verdadera e infalible, esa misma forma recibe.

El que mediante la concentración ha alcanzado Mi estado, el del Gobernante supremo y total, obtiene Mis poderes y puede controlar a otros al igual que Yo. Su comando nunca es desobedecido como el Mío.

El yogui cuya mente está purificada por la devoción a Mí y que es perfectamente versado en la concentración en Dios obtiene el poder de ver el pasado, el presente y el futuro, así como la hora del nacimiento y la muerte de la vida propia y la de otros.

El cuerpo yóguico del yogui, cuya mente ha encontrado descanso por la unión conmigo, no es destruido por el fuego y otros elementos semejantes, del mismo modo en que los animales acuáticos no son afectados por el agua.

El que medita sobre Mi forma adornada con el Shrivatsa, las armas, los ornamentos, el estandarte, la sombrilla y el chowry nunca sufre una derrota.

El yogui que Me venera con concentración de esa manera, obtiene los poderes mencionados en su totalidad.

Todos los poderes son alcanzables para el yogui que ha controlado su mente, sus sentidos, su respiración y su cuerpo, y que se concentra en Mí con fe y devoción.

Pero en el caso del que practica la mejor forma del Yoga de devoción a Mí, obtiene Mi gracia y se une a Mí, estos poderes son sólo obstáculos y cosas que causan pérdida de tiempo. Estos poderes yóguicos son considerados obstáculos, porque disfrutando de ellos y quizás abusando de tales poderes sin querer, el devoto puede retrasarse en el progreso hacia Mí. Al ser indulgente con tales poderes yóguicos, podría perder el control y lo que ha ganado con esfuerzo por devoción a Mí.

Mediante la concentración en Mí, Mi devoto consigue todos aquellos poderes que se dice que se obtienen naturalmente por nacimiento, drogas, Tapas o Mantras; por lo tanto, no debe recurrir a las otras formas de Yoga.

Soy la causa de estos poderes yóguicos. Soy el Señor y Amo de los poderes. Soy también el Señor del Yoga, del conocimiento, del Dharma expuesto por aquellos versados en los Vedas y de los Maestros de Brahman.

Soy el Atman de todos los seres. Soy el Alma que habita sus corazones. Estoy dentro y fuera de ellos, no estoy encerrado por nada, del mismo modo en que los cinco Bhutas están dentro y fuera de las criaturas, y también existen por separado".

 artista: S.Rajam

VIBHUTIS O PODERES DEL SEÑOR

Uddhava dijo: "Tú eres el Brahman Supremo sin principio ni fin, no cubierto por nada. Tú eres la causa de la protección, el mantenimiento, la muerte y el nacimiento de todos los seres.

¡Oh Señor! Los Brahmanas que conocen el verdadero sentido de los Vedas Te veneran en Tu verdadera forma, como la Verdad en todos los seres grandes y pequeños, altos y bajos; pero eres desconocido para aquellos que no han controlado su mente y que no tienen ninguna preparación.

Dime cómo es que los grandes Rishis o sabios Te veneran con devoción en todos los seres y obtienen así la perfección.

¡Oh Creador de todos los seres!; ¡Oh Antaryamin!; Tú actúas y habitas en ellos ocultándote de su vista. Engañados por Ti no Te ven, pero Tú ves a todos.

¡Oh Señor de gloria ilimitada! Dime, por favor, cuáles son esas formas gloriosas manifestadas por Ti en la tierra, en el cielo, en el infierno y en todas las direcciones. Me entrego a Tus pies de loto que son la fuente de todas las aguas sagradas, que son el origen de toda pureza y en los que están centrados todos los lugares sagrados".

El Señor dijo: "¡Oh tú, el mejor para inquirir y expresar preguntas! Esa misma pregunta Me hizo Arjuna cuando estaba a punto de luchar con los enemigos en el campo de Kurukshetra.

Creyendo que matar a sus parientes para obtener el reino era reprochable e incorrecto, y pensando, "Soy el asesino, él es muerto por mí", con la actitud de un hombre corriente, Arjuna desistió de luchar.

Luego, en la víspera de la batalla, le hice comprender mediante el razonamiento, y me habló entonces, en el campo de batalla, del mismo modo en que tú lo has hecho ahora.

¡Oh Uddhava! Yo soy el Atman, el Amigo y el Gobernante Supremo de todos los seres. Yo mismo soy todos los seres. Los creo, los protejo y los destruyo.

Soy el movimiento de aquellos que se mueven y soy el Tiempo de aquellos que traen cosas bajo su influencia. De las virtudes, soy la ecuanimidad, y en las cosas que poseen propiedades, soy su atributo esencial y natural.

Entre aquellos que están dotados con las Gunas, soy el Prana Cósmico, y entre todas las cosas vastas o grandes, soy la Inteligencia Cósmica (Maha Tattva). Soy el Jiva sutil o alma entre todas las cosas sutiles, y de todos los que son invencibles, soy la mente.

De los Vedas, soy Brahma o Hiranyagarbha, el Maestro que los enseñó por primera vez; de los Mantras soy el OM o Pranava compuesto de A, U, y M. De todas las letras, soy la "A", y de todos los metros, soy el Gayatri.

Soy Indra entre los dioses, Agni entre los Vasus, Vishnu entre los Adityas, y Nilalohita entre los Rudras. Entre los Maharshis (sabios brahmanas), soy Bhrigu; entre los Rajarshis (reyes sabios), Manu; entre los Deva Rishis (sabios celestiales), soy Narada, y entre las vacas, Kamadhenu.

Entre los gran Siddhas, soy Kapila; entre las aves, soy Garuda; entre todos los progenitores, soy Daksha; entre los Pitris, soy Aryaman.

Sabe, ¡Oh Uddhava!, que entre los Daityas, Yo soy Prahlada, el rey de los Asuras; soy la luna (Soma), entre las estrellas y los planetas; soy Kubera entre los Yakshas y Rakshasas.

Soy Airavata entre los grandes elefantes; entre las criaturas acuáticas, soy Varuna, su Señor; soy el sol entre los objetos que dan calor e iluminan; y soy el rey entre los hombres.

Soy Ucchaisravas (el caballo de Indra) entre los caballos, y el oro entre los metales, Yama entre los que controlan a otros, y entre las serpientes, soy Vasuki (su rey).

Soy Ananta (su rey) entre los Nagas; soy el león entre todas las bestias con colmillos; soy el cuarto Ashrama (sannyasa) entre los períodos de la vida, y soy la primera entre las castas, la del Brahmana, ¡Oh tú, inmaculado!

Soy la Gangá entre los ríos, el océano entre las reservas del agua. Soy el arco entre las armas, y Shiva - el destructor de las tres ciudades - entre aquellos que empuñan los arcos.

Soy el monte Meru entre las moradas, y los Himalayas entre los lugares inaccesibles. Soy el Asvattha (árbol de Pipal) entre los árboles; soy Yava (cebada) entre todas las plantas que producen comida.

Soy Vasishtha entre los sacerdotes y Brihaspati entre los maestros o conocedores de Brahman. Soy Skanda entre los generales y Brahma entre los rectos o aquellos que enderezan a las personas para que vayan por el camino correcto.

Yo soy Brahma-Yajna, el estudio de los Vedas, entre los sacrificios; de todos los votos, soy el voto de la inocencia o no-violencia; de los agentes purificadores, soy el viento, el fuego, el sol, el agua, la palabra y el Atman; de todas las cosas puras, soy la pureza.

Soy el control perfecto de la mente (Samadhi) entre los yoguis; soy el consejo o la política de aquellos que tratan de conquistar; soy el juez en todas las leyes u ordenanzas; de las facultades de juicio, soy el discernimiento entre el Atman y el Anatman; y soy la duda de aquellos que debaten sobre la teoría de percepción.

Soy Shatarupa (la esposa de Manu) entre las mujeres, y de los hombres, soy Svayambhuva Manu, el hijo de Brahma. Soy Narayana entre los sabios o santos, y Sanatkumara entre los célibes o Brahmacharis.

Soy la renuncia (Sannyasa) entre las virtudes, y de todos los deberes virtuosos, soy la promesa de protección ante el temor; de todas las causas de seguridad, soy la meditación o introspección. De los secretos, soy la palabra dulce y el silencio; y de los pares, soy Prajapati (Brahma) que de su cuerpo creó la primera pareja de Manu y Shatarupa.

De los que son regulares, soy Samvatsara (el año); de las estaciones, soy Vasanta (la primavera); de los meses, soy Margashirsha (la última mitad de diciembre y la primera mitad de enero), y de las estrellas, soy Abhijit.

Soy el Kritayuga o Satya Yuga entre los Yugas, y de los que son sabios, valientes y de mente firme, soy Devala y Asita; de los que dividieron los Vedas, soy Dvaipayana, y de los hombres de sabiduría, soy Shukra, dotado de autocontrol.

Soy Vasudeva entre Avataras, y de los devotos, soy tú mismo. Soy Hanuman entre los Kimpurushas; y de los Vidyadharas, soy Sudarshana (o soy el Chakra Sudarshana entre las armas).

Soy el zafiro (piedra azul o rubí) entre las piedras preciosas; de lo hermoso, soy el capullo del loto; soy la sagrada Kusha entre las numerosas variedades de hierba; y de las oblaciones, soy la manteca clarificada o ghi.

Soy la fortuna del perseverante y el fraude del falso; soy la paciencia o entereza del que se esmera, y soy Sattva (pureza o bondad) de aquellos que tienen Sattva.

Sabe que soy la firmeza y la resistencia en el fuerte y la devoción de los devotos; de las nueve formas veneradas por los devotos, soy la manifestación principal y más importante, la de Vasudeva.

Soy Vishvavasu entre los Gandharvas, y Purvachiti (Urvashi) entre las Apsaras. Soy la firmeza de las montañas y el aroma de la tierra.

Soy el sabor dulce del agua, y el sol de todo lo resplandeciente; soy la brillantez en el sol, la luna y las estrellas, y el sonido en el éter.

Soy Bali entre los que adoran a los Brahmanas, y soy Arjuna entre los guerreros. Soy en verdad el origen, el sostén y la disolución de todos los seres.

Soy el movimiento, la palabra, la excreción, la conversación, el disfrute, el tacto, la vista, el gusto, el oído y el olfato de los órganos. Constituyo sus funciones. Soy en verdad el sentido de todos los sentidos.

Soy la tierra, el aire, el éter, el agua, la luz, el egoísmo, la inteligencia, las dieciséis modificaciones de Prakriti, Purusha y Prakriti; Sattva, Rajas y Tamas, y el Brahman Supremo. Soy también su enumeración, su conocimiento y la comprensión de la Verdad.

Nada existe sin Mi presencia en mi doble aspecto, de Señor y Jiva, el atributo y la sustancia, el alma interior y el cuerpo grosero y sutil, del mismo modo en que una cosa no puede carecer de propiedad.

Puedo contar los átomos de los elementos en el curso del tiempo, pero Mis glorias y poderes desplegados en la creación de millones de mundos son realmente incontables, infinitos.

Me manifiesto dondequiera que haya grandeza, fortuna, prosperidad, poder, belleza, fama, riqueza, modestia, liberalidad, sacrificio, destreza, tolerancia, valentía, entendimiento sutil y conocimiento.

Te he descripto brevemente todas estas manifestaciones Mías. Son solamente modificaciones de la mente expresadas de algún modo a través de la palabra. Son sólo una parte de Mí mismo. Mi verdadera naturaleza está más allá de la descripción de las palabras o la comprensión de la mente.

Controla la palabra, controla la mente, controla la respiración y los sentidos, controla también la mente impura por medio de la mente pura, controla al ser mediante el Ser. Entonces, no regresarás más al mundo.

Para el hombre que no ha controlado perfectamente su palabra y su mente, sus votos, su austeridad y sus dones se filtran como el agua en una vasija no cocida.

Por lo tanto, con devoción a Mí uno debe controlar la palabra, la mente, y los Pranas. Debe fijar su mente en Mí con firme devoción. Entonces, logrará el objetivo final fácilmente".

 artista: S. Rajam

DEBERES DEL BRAHMACHARIN Y DEL HOMBRE DE FAMILIA

Uddhava dijo: "Tú ya has descripto el Dharma o el sendero recto de Bhakti como beneficioso para todos los seres humanos que observan las reglas establecidas para las diferentes castas y etapas de la vida. ¡Oh Señor de ojos de loto! Por favor, dime en detalle cuál es el Dharma particular de cada uno de ellos, con cuya práctica el hombre puede desarrollar devoción por Ti.

¡Oh Señor de poderosos brazos! ¡Oh Madhava! El conocimiento de la Verdad eterna, Brahman, el sendero recto más elevado que Tú expusiste a Brahma en forma de cisne, quizás no sea recordado en el mundo mortal, ¡Oh Destructor de los enemigos! Ya que fue enseñado mucho tiempo atrás.

¡Oh Achyuta! Aparte de Ti no hay nadie que pueda enseñar, practicar y mantener el Dharma sobre la Tierra, ni siquiera en la corte de Brahma, donde las ciencias y todas las deidades que presiden las disciplinas están personalmente presentes.

¡Oh Madhusudana! ¡Oh Señor! ¿Quién expondrá el Dharma perdido cuando Tú, su Creador, Defensor y Expositor, dejes la tierra? La religión y el Dharma también morirán. Tú conoces todos los Dharmas. Explícame por favor, ¡Oh Señor!, el Dharma que conduce a Tu devoción, ¿cómo y a quién está dirigido?".

El Señor dijo: "¡Oh Uddhava! Tus preguntas son correctas, porque revelarán el camino hacia Moksha para los hombres que observan los deberes de su casta y etapa de la vida. Escucha Mi exposición sobre el tema.

En el principio, en el Krita o Satya Yuga, los hombres tenían sólo una casta que era conocida como Hamsa. Ellos lograban la consumación de sus deseos desde su mismo nacimiento. Tenían todos sus objetivos satisfechos por naturaleza. Estaban en total contacto conmigo y sabían que el fin de sus vidas era venerarme. Es por eso que esa era fue llamada Krita Yuga.

En esa primigenia edad, la sílaba sagrada OM era el Veda, y Yo era el Dharma en la forma de un toro con cuatro patas. Los hombres de esa edad eran puros y firmes en el Tapas. Meditaban en Mí, el Puro.

Al comienzo del Treta Yuga, ¡Oh bendito! Los Vedas se revelaron saliendo de Mi corazón a través del Prana; a partir de esto, Me convertí en el sacrificio védico con sus tres funciones principales, el Hota, el Adhvaryu y el Udgata.

Las cuatro castas, Brahmana, Kshatriya, Vaishya y Shudra, con sus distintos deberes y funciones, fueron creadas, respectivamente, de la cara, de las manos, de los muslos y de las piernas de Virat Purusha. La vida del hombre de familia tuvo su origen en Mis muslos, la del estudiante en Mi corazón, la vida en el bosque del Vanaprasthin tuvo su origen en Mi pecho y la del Sannyasin en Mi cabeza.

Las características naturales o las tendencias de las diferentes castas y órdenes de la vida de los hombres estuvieron de acuerdo con el lugar de origen; los provenientes de los miembros más bajos tenían tendencias inferiores y los surgidos de los más altos tenían características y tendencias superiores. Las características del Brahmana son el control de la mente y los sentidos, la meditación, la limpieza, la satisfacción, la paciencia, la tolerancia, la sencillez, la devoción a Mí, la compasión y la sinceridad.

Grandeza, fuerza, valentía, heroísmo, resistencia, liberalidad, esfuerzo, firmeza, devoción al Brahmana, poder de gobierno y honestidad son las características de un Kshatriya. Fe, marcada predisposición a dar, ausencia de hipocresía, servicio a los Brahmanas y estar siempre a la expectativa de amasar riqueza son las características del Vaishya.

Servir a los dos veces nacidos, a las vacas y a los dioses, y contentarse con lo que consigue de ello son las características del Shudra.

Impureza, mentira, robo, falta de fe, ateísmo, espíritu pendenciero sin motivo, lujuria, cólera y codicia son las características de una quinta clase que es totalmente inaceptable para las otras cuatro castas.

La no violencia, la sinceridad, el no robar, la ausencia de lujuria, cólera o codicia, y el esforzarse por hacer lo que sea agradable y beneficioso para todos los seres constituyen el sendero del Dharma o el deber común a todas las castas.

Después de realizar los ritos purificatorios y haber recibido el segundo nacimiento de la iniciación conocida como la ceremonia del cordón sagrado, un Dvija o dos veces nacido debe vivir en la casa de su Maestro manteniendo sus sentidos bajo control y estudiando los Vedas cuando se le indique.

Debe vestir una faja o cinturón hecho de hierba sagrada, una piel de ciervo como prenda superior, un rosario de cuentas de Rudraksha y el cordón sagrado; debe llevar un báculo, un recipiente para el agua y un poco de hierba de Kusha. Debe dejar crecer su cabello enmarañado, no debe malgastar su tiempo en embellecer su rostro y cuerpo, y debe evitar los asientos coloridos.

Debe observar silencio mientras se baña, come, ofrece oblaciones al fuego, repite su Mantra y responde al llamado de la naturaleza. No debe rasurarse los brazos, las axilas y las partes íntimas.

Debe observar un Brahmacharya estricto y nunca interrumpirlo deliberadamente. Si se vuelve inconscientemente impuro, debe tomar un baño y repetir el Gayatri, controlando la respiración mediante Pranayama.

Después de efectuar el aseo personal por la mañana y la tarde, debe repetir su Mantra en silencio, con concentración, y ofrecer su adoración al fuego, al Sol, al Maestro, a las vacas, a los Brahmanas, a los mayores y a los dioses.

Debe mirar al Maestro como a Mí mismo y nunca ignorarlo o menospreciarlo como si fuera un hombre. No debe encontrar defectos en el Maestro considerándolo un hombre, porque el Maestro representa a todos los dioses y es la morada de todos los dioses.

Por la mañana y la tarde debe ofrecer a su Maestro la limosna o cualquier otra cosa que pudiera haber recibido, y comer con moderación lo que el Maestro le permita.

Debe venerar al Maestro sirviéndolo como un criado, siguiéndolo cuando vaya a algún lugar, descansando cerca de él cuando duerme, sentándose junto a él para masajear sus piernas cuando esté cansado, y permaneciendo cerca de él con las palmas juntas, siempre listo para cumplir sus órdenes.

Llevando esa conducta, debe vivir en la casa de su Maestro rechazando las comodidades y manteniendo un celibato perfecto hasta que el aprendizaje haya terminado.

(Nota: hay dos tipos de Brahmacharins - el Upakurvana y el Naishthika. El primero ingresa a la vida familiar después de finalizar su estudio. Generalmente, ofrece presentes a su Maestro, regresa a su casa y entra en el Grihasthasrama. El Naishthika mantiene una larga vida de celibato. La anterior es la descripción de los deberes del primero. Ahora son descriptos los deberes del Naishthika Brahmachari).

Si desea alcanzar el Brahmaloka, debe observar un celibato estricto y entregar su cuerpo al servicio de su Maestro como un tributo por las instrucciones que recibió de él.

Inmaculado y dotado del brillo de Brahman, debe venerarme como el Ser Supremo en el fuego, en el Maestro, en su propio Ser, y en todos los seres con un sentimiento de unidad.

El que no es un hombre de familia debe evitar ver, tocar, conversar o bromear con mujeres, y también debe evitar ver a animales en relaciones sexuales.

¡Oh Uddhava!, las reglas de disciplina (Niyamas) comunes a todos los órdenes de la vida son mantener la limpieza, sorber agua como preparación para las funciones religiosas (Achamana), bañarse, recitar plegarias por la mañana, el mediodía y la tarde, sencillez, visitar lugares sagrados, repetir el Mantra, evitar lo que está prohibido tocar o comer, así como las personas con las que no se debe hablar, tener devoción hacia Mí como presente en todos los seres, y mantener el control de la mente, la palabra y el cuerpo. Así, el Brahmana que practica un celibato estricto brilla como el fuego, y si es desinteresado, sus deseos se queman por la austeridad intensa, y logra devoción a Mí.

Si desea entrar en la vida del hombre de familia después de haber estudiado bien los Vedas, debe ofrecer su Dakshina al Maestro y, con su permiso, realizar la ablución habitual y llevar a cabo el rito de finalización de la vida de estudiante o Brahmacharya Ashram.

Después puede ingresar a la vida de hombre de familia, la vida de ermitaño en el bosque o la vida de Sannyasin. Puede pasar de una etapa a la otra con su mente concentrada en Mí. No debe dejar los Ashramas totalmente.

Si desea llevar la vida de un hombre de familia, debe casarse con una joven que sea intachable, de la misma casta, libre de defectos de nacimiento, hábitos o cualidades, que sea más joven que él, y si desea casarse con alguna otra, debe hacerlo después del matrimonio mencionado, en el orden debido, como sigue, un Brahmana puede casarse con una mujer de las otras tres castas; un Kshatriya con la de las dos castas más bajas; un Vaishya con una mujer Shudra; el Shudra con la de su propia casta. No debe hacerse a la inversa.

Llevar a cabo sacrificios, estudiar los Vedas y distribuir obsequios en caridad son los deberes comunes a todos los dos veces nacidos. Aceptar obsequios, enseñar los Vedas, y ayudar a otros a realizar sacrificios son deberes solamente de los Brahmanas.

Si un Brahmana considera que aceptar obsequios lo priva de su Tapas, poder espiritual y gloria, debe tratar de vivir de los otros dos medios, el de enseñar y el de ayudar a otros en los sacrificios actuando como sacerdote; si los considera perjudiciales, debe sostener su vida espigando los granos de maíz esparcidos en el campo como inservibles.

En verdad, el cuerpo de un Brahmana no es para disfrutar los insignificantes objetos de deseo. Es para el Tapas riguroso aquí y la dicha infinita en el más allá.

Un Brahmana que está satisfecho con lo que obtiene espigando los granos esparcidos en el campo, que sigue la forma más pura y más alta del Dharma, y que cumple con los deberes de hospitalidad y demás con su mente dedicada a Mí y sin apego por las otras cosas, seguramente logra la paz o Moksha aunque continúe con la vida de hombre de familia.

Así como un bote salva a un hombre que se está ahogando en el mar, también Yo rápidamente protejo de la adversidad a aquellos que ayudan a un devoto Brahmana que está dedicado a Mí cuando está pasando por dificultades o desgracias.

El rey, lleno de sabiduría y valor, debe rescatar a sus súbditos de las calamidades como un padre. Así como el líder de los elefantes salva a otros elefantes de su manada y también se salva a sí mismo, el rey debe salvar a sus ciudadanos con firmeza mediante sus propios esfuerzos, y también debe salvarse él.

Un rey que cumple su deber de esta manera se deshace de todas sus faltas en la tierra, va al cielo en un carro celestial resplandeciente como el sol, y disfruta en compañía de Indra, el rey de los dioses.

En la adversidad, un Brahmana puede tratar de salir de la situación apelando al oficio del Vaishya, vendiendo solamente los artículos permitidos. Si aún así es sorprendido por la desgracia, puede vivir de la espada, pero nunca recurrir al servilismo de un perro sirviendo al más bajo.

En la adversidad, un rey o un Kshatriya pueden vivir llevando a cabo las ocupaciones de un Vaishya, la de la agricultura, o cazando, o enseñando como un Brahmana, pero nunca sirviendo al más bajo.

Un Vaishya, en la adversidad, puede llevar la vida de un Shudra. Un Shudra puede adoptar la actividad de hacer alfombras y cosas semejantes. Pero cuando salen de la dificultad, no deben desear mantenerse mediante un trabajo inferior.

Un hombre de familia debe venerar diariamente, considerándolos como Mis formas, a los Rishis, los Pitris, los dioses, los animales más bajos y los hombres mediante el estudio de los Vedas, las ofrendas Svadha y Svaha, alimentos y ofrendas semejantes respectivamente, de acuerdo con sus medios. Éste es el Pancha Maha Yajna. Cada hombre de familia debe cumplir con estos sacrificios diariamente.

Con la riqueza que le viene casualmente o que adquiere por medios honestos, debe llevar a cabo los sacrificios mencionados, debidamente, sin poner a sus sirvientes en problemas y sin que le pese a sus dependientes. Debe mantenerse él, mantener a las personas a su cargo y llevar a cabo los sacrificios. No debe hacer pasar hambre a su familia por realizar los sacrificios.

No debe tener ningún apego por su familia. No debe olvidar a Dios aunque sea un hombre de familia. El hombre sabio debe considerar los goces invisibles del cielo tan pasajeros y perecederos como los de este mundo visible.

La asociación con hijos, esposa, parientes y amigos es como la reunión casual de compañeros de un viaje. Se desvanecen con la muerte del cuerpo como sucede con el ensueño cuando uno entra en sueño profundo. Así como una persona abandona los objetos de ensueño cuando despierta, uno también debe estar preparado para quitar a los seres queridos de su mente en cualquier momento.

Aquél que reflexiona de este modo vive en su casa sin apego ni egoísmo como un huésped, la vida de familia no lo ata, y es libre.

El hombre de familia que Me ha adorado sólo a Mí, por medio de todos los ritos religiosos prescriptos para esa etapa de la vida, puede continuar en su hogar o irse a vivir al bosque, o bien, si ya tiene descendencia, puede hacerse Sannyasin.

Pero aquél que está fuertemente apegado a su casa, que está muy preocupado por sus hijos y su riqueza, y que está lleno de pasión por las mujeres, es un tonto. Está engañado y atado por las nociones del ‘yo’ y ‘mío’.

‘¡Ay!, mis padres son muy mayores, mi esposa y mis jóvenes hijos no tienen otra protección que la mía. ¿Cómo podrían vivir sin mí ellos que están indefensos y afligidos?’ Así, este hombre tonto piensa en ellos, constantemente, con su mente distraída preocupado por su casa. Luego muere, cae en una cegadora oscuridad y tiene un nacimiento bajo".

DEBERES DE LOS VANAPRASTHIS Y SANNYASINS

El Señor dijo: "El que desea retirarse al bosque, debe dejar a su esposa al cuidado de su hijo o ir a vivir al bosque con ella, llevar una vida tranquila de meditación y pasar así la tercera parte de su vida, desde los 51 a los 75 años de edad.

Debe vivir de raíces, frutas y otros frutos del bosque, y vestirse con corteza de árboles, hierba, hojas o piel de venado. Debe dejar crecer su cabello, sus uñas y su barba, bañarse tres veces al día y dormir sobre el suelo. (No debe prestar mucha atención al cuerpo. No debe pensar demasiado en el cuerpo. Entonces, tendrá mucho tiempo para pensar en el Atman).

En verano, debe hacer el sacrificio de los cinco fuegos, con cuatro fuegos a su alrededor y el sol arriba como quinto, sin buscar sombra alguna. En la estación lluviosa, debe hacer penitencia sumergido en el agua hasta el cuello. Así debe practicar austeridad.

Debe comer alimentos cocinados sobre el fuego o los que maduran naturalmente con el tiempo o los que son machacados en el mortero o la piedra, o triturados por sus propios dientes.

Él mismo debe recolectar en el bosque todo lo que necesite para vivir estando bien informado acerca del lugar y el tiempo apropiados para obtenerlo, así como de su capacidad para digerir. No debe comer alimentos obtenidos tiempo atrás y guardados.

El ermitaño debe ofrecer las oblaciones establecidas para oportunidades especiales, con granos que crecen en el bosque y no con el sacrificio de animales mencionado en el Shruti.

Los maestros védicos recomiendan para el Vanaprastha los sacrificios del Agnihotra, el Darsha, el Purnamasya, así como los del Chaturmasya.

Con su cuerpo reducido a esqueleto por el Tapas realizado, el ermitaño, el solitario de bosque, Me venera y propicia, y Me alcanza a través del Maharloka.

¿Quién puede ser más tonto que aquél que desperdicia semejante Tapas, hecho con gran dificultad y que le puede otorgar la liberación o Moksha, para satisfacer deseos insignificantes como el de los goces del cielo?

Cuando el ermitaño es incapaz de cumplir sus deberes debido al temblor de sus piernas propio de la vejez, debe absorber sus fuegos sagrados dentro de sí, y con su mente fija en Mí, debe entrar en el fuego.

Cuando desarrolla disgusto por los disfrutes de los distintos mundos resultantes del Karma, tomando conciencia de que están acompañados de miseria, amarguras y penas, y de que no son eternos, debe abandonar los fuegos y convertirse en Sannyasin.

Tras haberme venerado y realizado los sacrificios de acuerdo con los preceptos de los Vedas, y tras haber dado todo a los sacerdotes, debe replegar el fuego dentro de sí y hacerse Sannyasin sin anhelo ni preocupación por nada.

Al Brahmana que intente convertirse en Sannyasin, los dioses le pondrán obstáculos en la forma de su esposa y otros parientes, con el temor de que pueda trascender y alcanzar a Brahman

Si el Sannyasi conserva una segunda pieza de tela, debe ser solamente para usar como taparrabos. Excepto en tiempos de peligro, no debe conservar nada de aquello a lo que ha renunciado en el momento de tomar el voto de Sannyasin, aparte de su báculo y su cuenco para mendigar alimento.

Debe mirar bien antes de apoyar su pie en el suelo. Antes de dar cada paso, debe revisar el camino para asegurarse de no destruir ninguna vida, debe beber agua que haya sido filtrada con una tela, debe pronunciar palabras veraces y hacer aquello que su razón considere puro y correcto.

El silencio o Mouna, la inactividad o el abandono de las acciones egoístas, y el control de la respiración o el Prana son las restricciones de la palabra, el cuerpo y la mente respectivamente. Quien no reúne estos requisitos, no es un Sannyasin aunque lleve un bastón de bambú.

El Sannyasin debe obtener limosnas de las cuatro castas yendo a no más de siete casas al azar, evitando aquellas que sean reprochables. Debe estar satisfecho con lo que consigue. No debe pensar de antemano en la comida. No debe tener pensamientos tales como ‘conseguiré tal comida en esta casa y este otro tipo de comida en aquella otra’, y cosas por el estilo. No debe obtener más alimento que el que en realidad sea suficiente para una comida.

Debe llevar esa limosna a un río, estanque o lago en las afueras del pueblo. Debe tomar un baño, purificar su alimento esparciendo agua, y ofrecer porciones a las deidades y a todas las criaturas y luego, en silencio, comer todo lo que quede.

Debe vagar por esta tierra solo, sin apego por nadie, con su mente y sus sentidos bajo control. Su ocio y su goce deben estar sólo en el Atman. Debe ver a todos por igual. Debe tener visión ecuánime y ver a Brahman como uno y el mismo en todas partes.

El sabio debe recurrir a un lugar solitario, seguro y agradable, y meditar en Brahman como idéntico a Mí, con su mente purificada por la intensa devoción a Mí.

Debe reflexionar, a la luz del conocimiento, sobre la naturaleza de su esclavitud y liberación. La esclavitud consiste en la distracción de los sentidos y la liberación en liberarse de su dominio. Su meditación lo convencerá de que el conocimiento de su unión con Brahman es emancipación, y de que, en ausencia de ese conocimiento, la identificación con el cuerpo crea egoísmo y Karma o esclavitud. Se da cuenta de que las acciones hechas con el deseo de satisfacer a los sentidos crean esclavitud y de que el dominio de los sentidos resulta en salvación.

Por lo tanto, el sabio debe, mediante la devoción hacia Mí, controlar los sentidos y los seis enemigos - Shadvarga o shadurmis: el hambre, la sed, la pena, la ilusión, la decadencia y la muerte - y deambular considerando todo como a Mí mismo. Obteniendo gran dicha y paz del Ser interior, debe continuar con la práctica de la meditación habiendo renunciado a los deseos insignificantes.

Puede entrar en ciudades, pueblos, aldeas y reuniones de peregrinos sólo para obtener limosna. Debe vagar por la región llena de lugares sagrados, ríos, montañas, bosques y ermitas.

Debe conseguir su limosna principalmente de las ermitas de los Vanaprasthis que se han retirado al bosque, ya que su mente se purifica comiendo el alimento consistente en granos espigados de los campos, y pronto se libera de la ilusión logrando la beatitud o liberación.

Nunca debe considerar a este mundo como real, ya que éste sufre cambios y se extingue. No debe mirar la comida dulce y las otras cosas como reales, porque los objetos de la visión grosera tienen un fin. Por lo tanto, con una mente libre de apego por este mundo y el otro, debe dejar todas las actividades que tienden a los goces en ellos.

Habiendo comprendido, por la fuerza de la razón, que este universo, el cuerpo, la mente, la palabra y los Pranas son todos Maya o una superposición engañosa sobre el Atman, el sabio, centrado en el Ser, debe aferrarse a su Atman y renunciar a aquellos. No debe volver a pensar en ellos.

Ahora son descriptos los deberes del Paramahamsa. El que está lleno de sabiduría y renuncia, que está dedicado Mí, sin preocuparse siquiera por la salvación, debe moverse sin las marcas exteriores de Sannyasa, y debe estar más allá de todas las formalidades.

Aunque sea sabio, debe jugar como un niño; aunque sea experimentado en todo, debe actuar como un hombre inocente; aunque sea erudito, debe hablar como un hombre corriente; y aunque sea bien versado en los Vedas, debe actuar como un hombre común, sin tener sed de aplausos, nombre o fama.

No debe deleitarse en explicar o defender los Vedas con respecto a los deberes rituales; no debe ser ateo con respecto a los Vedas. Tampoco debe permitirse discusiones vanas o debates sin sentido. No debe tomar posición en controversias inútiles.

El sabio no debe temer a los otros hombres ni causarles temor. No debe enojarse con otros ni hacerlos enojar. Debe soportar las palabras ásperas. Nunca debe insultar a nadie; no debe enemistarse con nadie como un bruto por el bien de su cuerpo.

La misma Atman suprema mora en los cuerpos de todos los seres y en el propio cuerpo, así como una misma luna se refleja en diferentes tinajas o superficies de agua. Asimismo, todos los cuerpos están hechos de la misma naturaleza, ya que están formados por los mismos cinco elementos.

Dotado de entereza, no debe sentirse abatido si alguna vez no consigue nada para comer, ni regocijarse si obtiene mucha comida; porque ambos casos están en manos de la Providencia - Mis manos - y son controlados por el destino.

Debe tratar de conseguir su alimento. No debe dejar esto librado también al destino, porque hay que mantener la vida. Sosteniendo la vida, él puede indagar acerca de la Verdad y conociéndola, obtener así la emancipación. Debe comer el alimento que obtenga al azar, ya sea suculento o pobre, bueno o malo; también puede aceptar ropas o una cama que le ofrezcan por casualidad. (Un Paramahamsa, no necesita evitar las comodidades que eventualmente le vengan. El apego a Vairagya es tan malo como el apego a Raga. Un Paramahamsa debe estar más allá de Raga y Vairagya. Esta es la verdadera prueba. Algunos se apegan a Vairagya hasta el final de su vida. Solamente Vairagya es su objetivo. Tales personas no han logrado el verdadero estado de ecuanimidad de un Jivanmukta. Un Paramahamsa debe mantener el mismo estado de ánimo ya sea que obtenga comodidades o que esté bajo privaciones. El apego a Vairagya es sólo un desarrollo parcial. Es imperfecto. Algunos Sannyasins que no tienen Vairagya o no lo practican, y cuyas mentes están llenas de Vasanas, dicen, ‘Tengo desapego mental. No necesito practicar Vairagya. Estoy más allá de los pares opuestos. Soy un Advaitin que ha logrado Jñana Nishta’. Éstas son almas engañadas).

El sabio puede, al igual que Yo, el Gobernante Supremo, observar limpieza, lavar su boca, bañarse y cumplir con todas las otras costumbres, como un juego, no con un sentido de estar obligado por las reglas.

No percibe las diferencias, porque esta noción ha sido disipada al tomar conciencia de Mí. Hasta el ocaso de su cuerpo, algunas veces podría tener un vestigio de esta idea pero, después de esto, logra el estado de igualdad conmigo. Para el sabio que ha experimentado su unión conmigo, el mundo no parece real aunque se mueva en él. (A pesar de ello, a veces podría olvidar su naturaleza dichosa, debido a que tiene un cuerpo, y ser engañado, pero recobrará el conocimiento pronto por Mi gracia y se deshará de esa ilusión temporal. Esto ocurrirá solamente en el caso de aquellos que han logrado una vislumbre de Brahman. Aquellos que están establecidos en Bhuma y que han logrado una total comprensión no están sujetos a ningún tipo de ilusión o diferencia).

Aquél que está disgustado con las acciones y los objetos de deseo que necesariamente terminan en sufrimiento, que ha controlado la mente pero que no ha investigado sobre la religión que lo conduce a Mí, debe dirigirse a un sabio para que sea su Maestro.

Hasta lograr la experiencia de Brahman, debe servir a su Maestro como a Mí mismo, con cuidado y devoción. Debe tener fe perfecta en él y no encontrar fallas en él.

Pero aquél que no ha dominado las seis debilidades humanas o Shad Urmis, que permite que sus sentidos se descontrolen, que no tiene discernimiento, que no ha logrado disgusto por los placeres de este mundo y el otro, que usa el Sannyasa como medio de vida, es un infractor del Dharma, un destructor de la religión. Engaña a los dioses, a sí mismo y a Mí, que vivo en su corazón. Sus sucias faltas e impurezas aún no se han lavado. Por lo tanto, tiene una caída y es privado tanto de este mundo como del otro.

Los deberes principales de un Sannyasin son el control de la mente y la no violencia; los de un Vanaprasthi la austeridad y el discernimiento o conocimiento; los de un hombre de familia la protección de la vida de los animales y la realización de sacrificios; el deber principal de un Brahmachari es el servicio incondicional a su preceptor.

Celibato con ocasional satisfacción en los tiempos prescriptos (Ritudharma), Tapas, pureza, contentamiento y bondad hacia los otros seres son también los deberes del hombre de familia. Venerarme es un deber común a todos.

El que así Me venera, constantemente, cumpliendo con los deberes establecidos para él, que no piensa en ningún otro, y que Me ve en todos los seres, pronto logra una firme devoción a Mí.

¡Oh Uddhava! Mediante esa inquebrantable devoción a Mí, el Gobernante Supremo de todos los mundos y de todos los seres, el Creador y Destructor de todo, su Causa, Brahman, esa persona Me alcanza.

Con su mente purificada por el cumplimiento de sus deberes, y experimentando Mi naturaleza, logra conocimiento (Jñana) y comprensión (Vijñana), y Me alcanza en poco tiempo.

Esta es la forma correcta de conducta de aquellos que están bajo una Varna y un sistema de Asrama determinados. Esa línea de conducta combinada con la devoción a Mí es el mejor medio para lograr la emancipación o Moksha.

Así te he respondido a tu pregunta con respecto a cómo Me alcanza una persona que cumple los deberes de su casta o etapa de la vida con devoción a Mí".

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