"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

viernes, 21 de agosto de 2015

PADMA PURANA: Gita Mahatmya - Vyasadeva - part 1

Las glorias del Capítulo Uno

Pārvatī dijo: "Mi querido esposo, Tú conoces todas las verdades trascendentales, y por Tu misericordia, he oído las glorias de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Krsna. Oh, Señor, ahora anhelo oírte hablar de las glorias del Śrīmad Bhagavad-gītā, que fuera hablado por el Señor Krsna y que por oírlo, aumenta la devoción individual por el Señor Krsna".

El Señor Śiva replicó, "A esa persona, cuyo cuerpo es del color de una nube de lluvia oscura, cuyo transportador es el rey de los pájaros, Garuda, y quien yace sobre Ananta-Śeṣa, la serpiente de mil cabezas, ese Señor Visnu, cuyas glorias son ilimitadas, estoy yo siempre adorando.

Mi querida Pārvatī, una vez, luego que el Señor Visnu hubiera matado al demonio Mura, estaba descansando tranquilamente sobre Ananta-Śeṣa, cuando la dispensadora de toda buena fortuna en el universo, Śrī Lakṣmī, Le preguntó respetuosamente:

"Bhagavān, Tú eres el controlador y sustentador de todo el universo, mas de todos modos, estás durmiendo infeliz en este océano de leche. ¿Cuál es la razón?".

El Señor Visnu dijo: "Mi querida Lakṣmī, Yo no estoy durmiendo, sino que estoy observando cuán maravillosamente funciona Mi energía. Es debido a esta maravillosa energía Mía, que controlo todas las cosas y aún así, permanezco separado. Y es por recordar estas divinas actividades Mías, que los grandes devotos y yogīs se las ingenian para liberarse de la rueda del nacimiento y la muerte, y alcanzan Mi naturaleza trascendental, que es eterna y libre de todas las dualidades".

Lakṣmī dijo, "Oh, controlador de todas las cosas, Tú eres la meta de la meditación de los grandes yogīs. Nada puede suceder sin Tí. Y aun así, Tú estás aparte. Tú eres la causa de la creación, el mantenimiento y la destrucción de todos los universos materiales. Ten la amabilidad de informarme acerca de las funciones de Tus maravillosas energías, que son tan atractivas, que incluso Tú, yaciendo aquí, estás meditando en ellas".

"Mi querida Lakṣmī, las funciones de mis energías múltiples, y la forma de liberarse de las ataduras del nacimiento y la muerte, y alcanzar Mi Naturaleza eterna, solo pueden ser comprendidas por quien tenga inteligencia pura, quien tenga una inclinación por prestarMe servicio. Este conocimiento trascendental, se explica completamente en el Śrīmad Bhagavad-gītā.

Lakṣmī preguntó, "Mi querido Señor, si Tú Mismo te maravillas, por las obras de Tus energìas, y siempre estás tratando de sondear sus límites, luego, ¿cómo es posible que el Bhagavad-gītā pueda describir estas ilimitadas energías Tuyas, y la forma de cruzar por encima de ellas, y alcanzar la naturaleza trascendental?". 

El Señor Visnu dijo, "Yo Mismo Me he manifestado en la forma del Bhagavad-gītā. Por favor, entiende que los primeros Cinco Capítulos, son Mis Cinco Cabezas, y los siguientes Diez Capítulos, son Mis Diez Brazos, y el Décimo-sexto Capítulo, es Mi Estómago. Los últimos Dos Capítulos, son Mis Pies de Loto. De esta forma debes entender la Deidad trascendental del Bhagavad-gītā. Este Bhagavad-gītā, es el destructor de todos los pecados. Y aquella persona inteligente que recite diariamente un capítulo, o siquiera unśloka, o al menos un cuarto de śloka, alcanzará la misma posición que alcanzó Susharma.

Lakṣmī preguntó, "¿Quién era Susharma; a qué clase pertenecía, y qué destino alcanzó?".

"Mi querida Lakṣmī, Susharma era un hombre muy pecaminoso y débil. Aunque había nacido en una familia brāhmaṇa, su familia no poseía conocimiento Védico. Y él solo se complacía en herir a los demás. Nunca se ocupó en el canto de Mis Nombres, en dar caridad o en recibir invitados.

Ciertamente, él nunca realizó ninguna actividad piadosa. Para vivir, colectaba hojas, y las vendía en el mercado. Disfrutaba especialmente al beber vino y comer carne. Así transcurrió su vida. Un día, ese tonto Susharma había ido al jardín de un sabio para colectar hojas, cuando vino una serpiente y lo mordió, y murió.- Después de su muerte, fue castigado en muchos infiernos, donde sufrió por mucho tiempo, tras lo cual, obtuvo el cuerpo de un toro. Ese toro fue comprado por un hombre manco, quien lo empleó en su servicio. Por unos siete u ocho años, transportó pesadas cargas. Un día, ese manco había apilado una carga sumamente pesada sobre el lomo de su toro. Lo obligaba a caminar rápido, cuando de repente el toro cayó y se desmayó. Se reunieron muchas personas para ver qué estaba sucediendo, sintiendo pena por el toro. Un hombre piadoso, dispensó sobre ese toro los resultados de algunas de sus actividades piadosas. Al ver esto, otras personas que estaban allí paradas, comenzaron a recordar sus actividades piadosas, y ofrecieron los resultados de algunas de esas actividades al toro. 
En ese grupo, había asimismo una prostituta que ignoraba si había realizado alguna vez actividades piadosas, mas al ver que todos los demás ofrecían sus créditos piadosos al toro, ella también ofreció los resultados de cualesquiera actividad piadosa hubiera realizado. Luego de eso, el toro murió, y fue llevado a la morada de Yamarāja, el Dios de la Muerte. Allí, Yamarāja le informó: "Ahora estás libre de las reacciones de todos tus actos anteriores pecaminosos, debido a los créditos piadosos que te otorgara esa prostituta. Luego, él tomó nacimiento en una familia brāhmaṇa. En ese nacimiento, pudo recordar sus vidas pasadas. Al cabo de muchos días, decidió salir a buscar a esa prostituta, quien había sido la causa de su liberación de esta situación infernal. Luego que la encontrara, y se hubiera presentado a la dama, le preguntó, "¿Cuáles fueron las actividades piadosas realizadas por tí, los frutos de las cuales, me liberaron de la situación infernal?". La prostituta le contestó, "Mi querido señor, en esa jaula hay un loro, que recita algo cada día. Al oír ese recitado, mi corazón se ha vuelto completamente puro. Yo te entregué los resultados de oír ese recitado". De ahí en más, ambos preguntaron al loro acerca de su recitado. El loro, recordando su vida anterior, comenzó a narrar esta historia. "Anteriormente, yo había sido un brāhmaṇa muy erudito, pero debido a mi orgullo, acostumbraba insultar a otras personas eruditas. También era sumamente celoso. Luego de morir, fuí castigado en muchos infiernos, y después de un largo tiempo de sufrimiento, obtuve este cuerpo de loro. Debido a mis actividades pecaminosas pasadas, mi padre y mi madre murieron cuando yo era un bebé. Un día, mientras estaba yaciendo en las arenas calientes, sin protección, me vieron unos ṛishis, y me llevaron a su āśrama, y me pusieron en una jaula. En ese mismo lugar, los niños de esos ṛishis, estaban aprendiendo el recitado del Primer Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā. Al oírlos repetir esos ślokas, yo también comencé a repetirlos, junto con ellos.

Poco después, un ladrón me robó de ese sitio y me vendió a la dama piadosa. Por recitar el Primer Capítulo del Bhagavad-gītā, ese loro se había vuelto completamente puro. Y por oír ese recitado, esa prostituta también se había vuelto completamente pura. Y por recibir algunos de los resultados piadosos de oír ese recitado, Susharma también se volvió completamente puro.
Luego de discutir por algún tiempo las glorias del primer capítulo del Bhagavad-gītā, Susharma regresó a su hogar, y los tres, individualmente, se ocuparon en recitar el Primer Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā, y muy rápidamente llegaron al destino supremo, Vaikuṇṭha. Todo aquel que recite o estudie el Primer Capítulo del Bhagavad-gītā, cruzará muy fácilmente sobre el océano de las miserias materiales, y obtendrá el servicio de los Pies de Loto del Señor Krsna.


 Visnu

Las glorias del Capítulo Dos

El Señor Visnu dijo, "Mi querida Lakṣmī, has oído de Mí las glorias del Primer Capítulo del Bhagavad-gītā. Ahora escucha por favor, cuidadosamente, mientras te refiero las glorias del Segundo Capítulo.

Había una vez, un brāhmaṇa muy erudito, de nombre Devashyama, que vivía en el Sur de la ciudad de Pandharpur. El podía realizar toda clase de sacrificios. También conocía la importancia de recibir invitados, y por sus actividades, se las ingeniaba para satisfacer a todos los semidioses. Mas no tenía el corazón feliz, ni la mente tranquila. Tenía el deseo de obtener el conocimiento de la relación del alma con la Superalma, el Paramātmā, y con ese fin, solía invitar a muchos yogīs y tapasvīs y les prestaba toda clase de servicios y les preguntaba acerca de la Verdad Absoluta. De esta forma, pasó muchos años de su vida.

Un día, mientras caminaba, vio a un yogī frente a él, sentado con las piernas cruzadas, con los ojos fijos en la punta de la nariz, totalmente absorto en la meditación. Devashyama pudo percibir que este yogī estaba completamente sereno y sin ningún deseo material. Devashyama, con gran respeto y reverencia, cayó a los pies de ese yogī, y le preguntó cómo podía alcanzar la completa paz mental. En ese momento el yogī, que poseía un conocimiento completo de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, aconsejó a Devashyama que fuera a la villa de Sovpura y buscara a un tal Mitravan, quien era arriero de cabras de profesión, y tomara instrucciones de él, sobre la ciencia de la realización de Dios. Al oír esto, Devashyama ofreció sus respetuosas reverencias una y otra vez a los pies de ese yogī, y partió de inmediato para Sovpura. Al llegar allí, descubrió en el lado norte, un hermoso bosque, donde le informaron que vivía Mitravan. Cuando entró al bosque, vio en la orilla de un pequeño río a Mitravan, sentado en lo alto de unas rocas.

Mitravan tenía un aspecto muy hermoso, y totalmente tranquilo. En ese bosque, el viento soplaba muy suavemente, y un hermoso aroma se esparcía por todas partes. Las cabras se movían tranquilas de un lado al otro, sin temer nada. Algunas se veían cerca de los tigres y otros animales feroces, muy pacíficas.

Cuando Devashyama observó esta escena, su mente se puso muy tranquila, y se acercó respetuosamente a Mitravan, sentándose junto a él. Mitravan parecía estar completamente absorto en su meditación. Al cabo de un rato, Devashyama le preguntó cómo podía lograr la devoción por el Señor Krsna. Cuando Mitravan oyó esta pregunta, por un momento se perdió en un profundo pensamiento, mas luego replicó, "Mi querido Devashyama erudito, una vez hace mucho, yo estaba en el bosque cuidando las cabras, cuando un tigre muy feroz atacó. En ese momento, todas las cabras corrieron para todos lados, tratando de salvarse. Y yo también corrí, por miedo al tigre. Desde cierta distancia, miré hacia atrás, y ví que una de mis cabras había sido hallada por ese tigre en la ribera de este río. En ese instante, sucedió algo maravilloso y extraño. El tigre perdió toda su ira y deseo de comerse a mi cabra, por lo que mi cabra le preguntó: "Alcanzaste tu comida, entonces, ¿porqué no te comes la carne de mi cuerpo? Debes matarme de inmediato, y comer mi carne con gran deleite. ¿Por qué dudas?"

Ese tigre dijo, "Mi querida cabra. Al venir a este lugar, toda ira me ha abandonado, y ya no tengo ni hambre ni sed. La cabra dijo, "Yo tampoco sé porqué me siento tan tranquila y sin temor. ¿Cuál puede ser la razón de esto? Si lo sabes, por favor dímelo"

El tigre replicó, "Yo tampoco lo sé. Preguntemos a esa persona". Cuando observé el cambio que había tenido lugar en las actividades del tigre y la cabra, me sorprendí muchísimo. En ese momento, ambos se me acercaron, y preguntaron el motivo. Observé que había un mono sentado en la rama de un árbol cercano. Fuí con ellos y le preguntamos al rey-mono. El mono contestó a nuestra pregunta con mucho respeto.

"Escuhen lo que les relataré. Es una vieja historia. En ese bosque, justo enfrente de ustedes, hay un templo muy grande en el cual el Señor Brahmā instaló una Śivaliṅga.- Hace mucho, vivió allí un sabio erudito, de nombre Sukama, quien había realizado muchas austeridades. El solía traer flores diariamente, del bosque, y agua del río, y adoraba al Señor Śiva.

De esta forma, vivió aquí por muchos años, cuando un día, llegó otro sabio. Con tal motivo, Sukama trajo frutas y agua, y alimentó al sabio. Luego que éste hubiera comido y descansado, Sukama le habló, "Oh, erudito, estoy viviendo aquí solo por obtener conocimiento del Señor Krsna. Realizo austeridades y adoración. Pero los resultados de mis austeridades, los he alcanzado hoy, al ponerme en contacto contigo".

Cuando el sabio oyó las palabras de Sukama, llenas de sumisión, se complació muchísimo. Y en un trozo de piedra, escribió el Segundo Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā. Luego, le instruyó a Sudama que leyera diariamente esos versos. "Por así hacerlo, alcanzarás tu meta muy rápidamente". Tras haber hablado de este modo, el sabio desapareció del lugar, mientras Sukama lo contemplaba. Luego, siguiendo las instrucciones que le dejara, Sukama recitó esos versos diariamente, por el resto de su vida. Muy rápidamente obtuvo el conocimiento completo del Señor Krsna. Y a partir del día en que comenzó a recitar esos versos, ya no sintió más hambre ni sed.
Y debido a sus austeridades y devoción en ese lugar, todo aquel que visite aquí, ya no siente los dolores del hambre y la sed, y obtiene paz inmediata.

Mitravan dijo: "Mi querido Devashyama, luego que el mono terminara de relatarnos esa maravillosa historia, fuí junto con el tigre y la cabra a ese templo. Allí encontramos en un pedazo de piedra el Segundo Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā". Y comencé a recitar esos versos diariamente. De esta forma, pudimos obtener muy rápidamente, devoción por el Señor Krsna. Mi querido brāhmaṇa, si tú también recitas los versos del Segundo Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā, muy pronto alcanzarás la misericordia del Señor Krsna":

El Señor Visnu dijo, "Mi querida Lakṣmī, de esta forma, Devashyama obtuvo el conocimiento de Mitravan y después de adorar a esa gran alma, el regresó a Pandharpur y recitó diariamente el Segundo Capítulo. Y quienquiera visitara Pandharpur, Devashyama le recitaba primero el Segundo Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā. De esta forma, Devashyama alcanzó los pies de loto del Señor Kṛṣṇa.

Mi querida Lakṣmī, estas son las glorias del Segundo Capítulo del Śrīmad Bhagavad-gītā.

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